por John Edison Giraldo Díaz (miembro
BarrioPinto)
Y la escena se vuelve a repetir por enésima vez; los jueces
y representantes del banco, acompañados por la fuerza pública y los cerrajeros
se disponen a cumplir con una de las tantas diligencias de desalojo que tienen
en su agenda. Pero esta vez, como ha ocurrido otras veces, esta situación
termina con la muerte de Maia Egaña, madre de 53 años, que sumida en la
desesperanza decide saltar desde un cuarto piso a la calle. Aunque la muerte de
Maia Egaña se le considere como suicidio, gran parte de la sociedad del país
Vasco (España) considera esto como un asesinato, pues todas las
condiciones de desespero y zozobra que llevaron Maia a tomar esta decisión
fueron creadas por el sistema financiero y su lógica perversa de acumulación.
El asesinato, entonces, de Maia Egaña en la provincia vasca de Barakaldo
refleja que los desalojos (desahucios en España), junto al desempleo son la
cara más cruel de la crisis capitalista en la actualidad. Mientras son cada vez
más recurrentes los desalojos en España, se mira con estupor como casi 2
millones de inmuebles permanecen inhabitados, al tiempo que millones de
familias no encuentran techo.Las causas y consecuencias de este hecho en España
en nada se diferencian con los cientos de casos de desalojo que a diario se
viven en Bogotá y el resto del país. El apetito de ganancia por parte del
sistema financiero; un marco legal con jueces que interpretan las normas a
conveniencia de los dueños del capital especulativo; el ocultamiento del
problema por parte de las victimas de los créditos hipotecarios; la ruptura del
tejido familiar y social e incluso, perdida de vidas, entre otras, parecen ser
las causas y consecuencias de este problema. Ante todo esto, la
resistencia organizada resulta herramienta fundamental del pueblo, así por
ejemplo, en España es cada vez más recurrente los plantones, marchas y demás
expresiones de movilización, promovidas entre otras por la plataforma de
lucha Stop Desahucios; organización que como su nombre lo indica
busca frenar todos los desalojos hasta tanto los deudores/victimas no tengan
claridad sobre sus deudas y sobre las posibilidades de pago.
¿Qué hacer, o por
dónde continuar?
Definitivamente la práctica misma es la que señala los derroteros de
acción. Y es en la práctica donde se ha demostrado que para luchar contra el
sistema financiero y su expresión en la usura hipotecaria se deben acordar
tácticas que permitan combinar la lucha jurídica con la resistencia en los
juzgados donde se ordenan las diligencias y con la resistencia en el momento
mismo del desalojo.Para la resistencia en los juzgados, deben programarse
jornadas y mítines que permitan agitar la problemática y de ser posible
bloquear las entradas para dilatar las diligencias, informando a victimas y a
miembros de la rama judicial sobre la injusticia de estos procedimientos. Por
otro lado, la resistencia civil que se hace en el momento mismo del desalojo,
debe estar antecedida por sendas jornadas de comunicación e información en las
cuadras y barrios aledaños a la vivienda afectada. En estas jornadas se debe
informar a los habitantes sobre la problemática al tiempo que se les invita en
verdadero gesto de solidaridad, a evitar que uno de sus vecinos sea
injustamente desalojado. Se ha visto que estas jornadas permiten que muchas
familias se reconozcan como victimas de la usura hipotecaria y establezcan
contacto con las redes de resistencia.Acompañando a la resistencia civil, tanto
en los juzgados como en el momento mismo del desalojo, debe ir un incremento en
el nivel de conciencia de las victimas de los créditos. Con esto se dice, que
todas las personas que enfrentan procesos de desalojos, deben conocer
plenamente las particularidades de su caso y las posibilidades e impedimentos
jurídicos que presenta. Está comprobado que no solo basta con contratar a un
abogado, pues algunas veces estos descuidan los casos omitiendo acciones que
podrían favorecer a sus defendidos. Esto implica, que las victimas de los
créditos hipotecarios deben formarse en los temas jurídicos y políticos a
través de escuelas y/o talleres, donde también se comparta experiencias con
otros compañeros/as de lucha cualificándose de esta manera su práctica
política.Entendiendo que los desalojos responden a una lógica de acumulación
(por despojo) característica del capitalismo en sus orígenes y perfeccionada en
su modelo neoliberal, todas las soluciones deben apuntar a cambios realmente
estructurales en el sistema. Así por ejemplo, deben caracterizarse a los
esbirros del capital financiero y extender sobre ellos una campaña de
desprestigio. Una campaña contra toda la banca y los carteles de remate debe
acudir a la más certera ironía, burlándose de los nuevos servicios bancarios
que salen al mercado, al tiempo que se informa a la gente para que no sean
victimas de la publicidad engañosa que los bancos ofrece. Con esto habrá que
ser cuidadosos de no cerrar las puertas a un necesario proceso de
estatalización de la banca, pues de lo que se trata es de deslegitimar y acabar
con la banca que posa en manos privadas.De acuerdo a esto, se hace necesario
que así como la problemática se hace mundial, la resistencia y la lucha también
lo sea. Internacionalizar la resistencia implica que las distintas
organizaciones y plataformas de lucha se reconozcan y acuerden jornadas mundiales
de protesta que despierten la dignidad y la rebeldía de las victimas del
sistema financiero a nivel mundial. Finalmente, la contradicción
fundamental entre los dueños del capital y quienes se ven obligados a
vender su fuerza de trabajo, debe verse a la luz de otra contradicción
cada vez más latente; la contradicción entre acreedores y deudores.
Sitio de interés: www.stopdesahucios.org